Es la rama de la oftalmología que se especializa en niños y adolescentes.
Los problemas visuales que se presentan a estas edades deben contemplarse en el contexto del paciente y su familia.
Los niños pequeños no pueden manifestar cambios o alteraciones en su visión por dos motivos principales:
- Su atención no está centrada en posibles cambios.
- No tienen referencias de comparación por lo que no pueden decir si antes estaban mejor o peor.
Lógicamente con el crecimiento estas capacidades aumentan y lo que nos manifiesten debemos considerarlo seriamente.
Recién Nacido:
El control oftalmológico debe llevarse a cabo dentro del mes de nacido.
Existen enfermedades hereditarias donde lo familiar puede trasmitirse o congénitas como la rubeola que no tienen que ver con la herencia pero puede causar severos daños visuales.
Su visión no está desarrollada, pero son capaces de percibir luz y bultos.
A medida que crecen, el sistema visual y sus funciones se irán modificando.
Los estudios son indoloros y no invasivos.
Los prematuros:
Requieren mayor control en función de detectar y tratar precozmente la llamada retinopatía del prematuro.
No se presenta en todos los casos y depende de múltiples factores no solo de la administración de oxígeno.
- Ambliopía:
Comúnmente llamada “ojo perezoso” consiste en la disminución de la visión de origen funcional que si no se diagnostica y trata precozmente puede dejar un defecto visual severo y de por vida.
Aparece cuando la imagen que le llega al cerebro de uno o los dos ojos es borrosa. El cerebro entonces no aprende a ver en forma clara y no lo hará si no se trata.
Es la principal causa de mala visión en los niños. Alrededor del 3% de la población escolar tienen ambliopía.
Las causas probables son: cataratas congénitas, defectos refractivos (Ej. Miopía) párpado superior caído (ptosis) etc.
A veces el primer signo es la desviación del ojo afectado, pero generalmente no hay ningún signo que alerte a los padres de lo que está sucediendo por lo que los controles periódicos al oftalmólogo nunca deben obviarse.
TRATAMIENTO
Dependerá de la causa.
Si el origen es un problema refractivo: debe tratarse con lentes aéreos o de contacto.
Si el problema es una catarata congénita o una ptosis palpebral (caída del párpado) la solución será quirúrgica.
- Problemas refractivos:
Son aquellos problemas que alteran o dificultan la formación de la imagen a nivel de la retina.
Pueden comenzar a cualquier edad y son: miopía, hipermetropía y astigmatismo.
Miopía:
Los pacientes que la padecen son conocidos como “cortos de vista” por su tendencia a acercase los objetos para visualizarlos mejor.
Esto sucede porque la imagen no se forma en la retina por lo que no pueden ver objetos lejanos.
El uso exagerado de dispositivos electrónicos aumenta la presentación de este cuadro en niños y adolescentes.
Hipermetropía:
Naturalmente los ojos de los niños son más pequeños que en la edad adulta.
Esto genera una ligera (y normal) hipermetropía. La imagen no se enfoca adecuadamente en la retina, pero gracias a la capacidad de acomodación y enfoque esta situación no causa problemas ni hay que corregirla.
Ahora, cuando la hipermetropía es elevada, estamos frente a un problema refractivo que causa cansancio visual, dolor de cabeza poco interés en actividades donde la visión de cerca predomina etc.
Es frecuente la desviación (estrabismo) del ojo, que suele centrarse con el uso adecuado de lentes.
Astigmatismo:
Suele asociarse a la miopía o hipermetropía y genera alteración de la visión porque la imagen se forma en dos puntos diferentes.
En el intento de compensarlo el niño puede entrecerrar los ojos o inclinar la cabeza hacia un lado cuando fija la vista.
También se corrige con el uso adecuado de lentes.
Estrabismo:
Es la pérdida de paralelismo entre ambos ojos al mirar un objeto lejano.
Es normal en el recién nacido hasta los 5-6 meses aproximadamente. Esto se debe a la falta de maduración visual y de los músculos externos del ojo.
No solo es un problema estético ya que el ojo que se desvía no desarrollará su función visual (ambliopía).
Existen otros signos que acompañan el estrabismo que deben ser motivo de consulta como ser: inclinación de la cabeza, parpadeo frecuente, guiño frecuente o permanente de un ojo.
En caso de antecedentes familiares de estrabismo o cualquier otra alteración visual, como hipermetropía, miopía o astigmatismo se debe consultar precozmente al especialista.
Los estudios que se realizan son sencillos e indoloros para el niño y buscan diagnosticar la causa para tratarlo correctamente.
Estas causas pueden ser refractivas (miopía, hipermetropía, astigmatismo) o de los músculos encargados de los movimientos del ojo.
Los posibles tratamientos surgirán de estos exámenes.
Si el estrabismo obedece a una alteración visual, el primer paso es la corrección del defecto refractivo con lentes adecuados combinados o no con ejercicios específicos para cada problema.
Si el defecto se debe a una alteración de los músculos oculares deberá evaluarse la solución quirúrgica, para llevarla a cabo en el momento oportuno, evitando la pérdida o disminución visual permanente del ojo afectado.