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GLAUCOMA

 

¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una neuropatía óptica crónica, multifactorial, cuyo desencadenante es el aumento de la presión intraocular.

La causa más frecuente es la falta de circulación adecuada del humor acuoso. Este líquido se forma y circula intraocularmente cumpliendo funciones nutritivas y oxigenativas entre otras.

Afecta generalmente a ambos ojos, aunque muchas veces la presión empieza a aumentar primero en uno solo.

El aumento de la presión y el tiempo durante el cual se encuentra aumentada, va dañando las fibras del nervio óptico. Esta lesión causa al principio cambios graduales de la visión y luego pérdida definitiva de la misma.
Los primeros cambios son muy leves y no afectan la visión central por lo que el paciente no se da cuenta precozmente de la situación.

El daño inicial ocurre en la llamada visión periférica: el área superior, inferior y los costados o laterales progresando hacia el centro hasta perder la visión completamente y de forma irrecuperable.

¿A quiénes puede afectar?
Si bien cualquier persona puede sufrir de glaucoma, existen grupos de riesgo.

Entre ellos: los mayores de 60 años de edad, pacientes con antecedentes familiares de glaucoma, los pacientes con miopía elevada, diabéticos, personas con descendencia afro americana etc.

Debe tenerse en cuenta el glaucoma congénito que se observa en el recién nacido siendo una afección de altísimo riesgo para la visión futura del paciente.

Signos y síntomas:
Generalmente  se registra un aumento muy gradual de la presión, sin presencia de molestias ni dolor.

En otros casos menos frecuentes aparecen síntomas más severos como visión borrosa, dolor en el ojo o en la cabeza, náuseas o vómitos, la aparición de anillos con los colores del arco iris alrededor de las luces brillantes o la pérdida repentina de la vista. (Glaucoma agudo)

El glaucoma no es contagioso y no amenaza la vida, pero el daño que causa (sin tratamiento) es la ceguera irreversible. 

Cuándo debe hacerse un examen para el glaucoma?
A pesar de que afecta principalmente a los adultos mayores, todos los pacientes sin importar la edad deben realizar un control de rutina pesquisando la presencia o no de aumento de la presión intraocular. 
Si no hay antecedentes, se recomienda controles anuales a partir de los 40 años.

La detección temprana y el tratamiento cuidadoso de por vida pueden a evitar el daño del nervio óptico.

¿Cómo se detecta?
Antes se pensaba que el valor de la presión intraocular en el momento del control era suficiente para diagnosticar la presencia o no de hipertensión ocular.

Ese único dato podría ser erróneo ya que en un momento puede estar dentro de valores normales y en otro la presión puede encontrarse aumentada, el diagnóstico dependería entonces de un valor puntual llevándonos a errores importantes ya que la presión dentro del ojo puede subir y bajar durante un solo día o a lo largo del tiempo.

Existen las variaciones personales por lo que un valor determinado puede ser muy dañino para alguien y no tanto en otro paciente.

Para el diagnóstico debemos estudiar:

  • La presión intraocular y su curva diaria
  • La forma y color del nervio óptico.
  • El campo visual
  • El ángulo en el ojo donde el iris se junta con la córnea y circula el humor acuoso
  • Grosor corneal

Los estudios de estos parámetros son toralmente indoloros y con mínimas molestias para los pacientes.

Los exámenes regulares para detectar el glaucoma deben incluir:

- Tonometría: toma de presión intraocular.
- Oftalmoscopía: visualización directa del nervio óptico.
- Perimetría convencional y de Doble Frecuencia.
- Gonioscopía: estudio del ángulo irido corneal para ver si el humor acuoso circula libremente.
- Tomografía Laser (HRT): explora de manera objetiva, no invasiva el nervio óptico.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): es otro tipo de estudio que permite el diagnóstico precoz y seguimiento del paciente glaucomatoso para evaluar los resultados del tratamiento.
- Paquimetría corneal: es el estudio del grosor corneal. Se sabe que el grosor corneal arroja resultados de presión ocular erróneos, dando valores más bajos que los reales.

 

TRATAMIENTOS

 

El glaucoma no se puede curar, pero si se puede controlar.

Una vez que ha sido detectado, se requiere un cuidado continuo por el resto de la vida.

El plan de tratamiento puede controlar la presión en el ojo, y así proteger el nervio óptico y la visión.

Las gotas oculares, medicación vía oral, la cirugía con láser y la microcirugía son métodos eficaces para el control de la presión en el ojo a largo plazo.
Muchas personas creen que están curadas cuando las medicinas o la cirugía logran bajar la presión en su(s) ojo(s) a niveles normales.

De hecho, el glaucoma no ha sido curado; tan solo está siendo controlado. Los exámenes regulares siguen siendo necesarios, aunque la presión esté en los valores normales.

 

Medicación:
La forma principal de tratar el glaucoma es usando gotas (colirios) que facilitan el drenaje de líquido del ojo o que disminuyen la producción del mismo.

En la mayoría de los casos, los medicamentos pueden controlar la presión en los ojos por muchos años.

Para el correcto control de la presión ocular es importante usar la medicación recetada todos los días y en los horarios acordados.

 

Láser:

Se emplea un tipo específico de Láser que se aplica de diferentes maneras dependiendo del tipo de glaucoma y de su evolución.

- Trabeculoplastia selectiva: glaucoma de ángulo abierto.
- Iridotomía periférica: glaucoma de ángulo cerrado.

Intervención quirúrgica.
La cirugía es el tratamiento principal para los casos de glaucoma de ángulo cerrado y de glaucoma congénito, porque generalmente es la única manera de abrir los canales de drenaje que están tapados o deformes.
En los casos de glaucoma crónico, la operación sólo se considera cuando la dosis máxima de medicina no logra controlar la presión en el ojo, o cuando la persona tolera los efectos secundarios de los medicamentos.

Nunca es la primera opción.

Las diferentes técnicas que se emplean son:

- Trabeculoplastia.
- Implante de dispositivos valvulados.
- Cirugía micro invasiva de glaucoma (MIGS) también se realiza un micro implante que permite la circulación del humor acuoso.

El paciente debe saber que en ciertos casos se realizarán distintos procedimientos y que es posible que continúe usando gotas: el control de la presión debe obtenerse empleando todos los medios posibles.